lunes, 7 de junio de 2010

Soy trabajador público

Estoy convencido desde hace mucho tiempo que el dialogo es la mejor de las herramientas para la lucha ante las injusticias. Habrá muchas personas que piensen que no es una injustica el bajarnos el sueldo y congelar nuestra ya bajas nominas, puesto que para el trabajo que desarrollamos estamos bien pagados y por lo tanto debemos de aguantar que nos bajen el sueldo y si se nos ocurre protestar el lio esta armado.

Ya que los funcionarios somos ya de por si un peso para esta sociedad, en la que a todos nos gusta que un buen médico nos trate( a ser posible en la sanidad pública), que nuestros hijos aprendan en un clima de afecto y calidad( a ser posible en un colegio público), que un agente de la policía o un guardia civil nos ayude y nos preste un servicio, que un administrativo nos tramiten las ayudas o los impresos a mayor brevedad y sin hacer colas y sin tener que dar muchos viajes a las administraciones( sin cobrar por la gestión) y así muchas situaciones de la vida diaria.

No, no elaboramos productos manufacturados, pero sí que contribuimos a que las personas puedan ejercer sus derechos recogidos en la Constitución.

Somos trabajadores, a ninguno nos han regalado el puesto, todos hemos competido por las plazas que ocupamos, nos hemos preparado durante mucho tiempo, para tener un puesto de trabajo, no para un viaje al Caribe, ni para un piso en la costa, hemos luchado por un puesto de trabajo y por ello somos mirados por sectores, como parásitos que vivimos a la bartola de los impuestos que pagan otros (que casualidad nosotros también pagamos impuestos).

El funcionario, aunque no se lo crea la gente, tenemos un espíritu de servicio a los demás muy desarrollado, creedme, si no supiéramos que nuestro trabajo ayuda a la construcción de la sociedad, no aguantaría nadie ni la mitad de lo que aguanta un medico, un policía, un maestro, un juez, un administrativo o cualquier trabajador público.

Sabemos muy bien que en tiempos de crisis hay que apretarse el cinturón y somos los primeros que lo hacemos, y aun así, vamos todos los días a trabajar a prestar un servicio, aunque sabemos que no vamos a recuperar en la vida lo que nos deben, pero aun así vamos a trabajar.

Los trabajadores públicos somos eso, trabajadores, como cualquier albañil o agricultor, y por ello no creo que debamos de crear brechas sociales, aunque muchos sectores de la sociedad quiera hacerlas ver, por eso debemos de caminar juntos en estos tiempos que nos toca vivir, haciendo frente a los que quieren hacernos ver que somos “castas” y no quieren ver que el problema de esta crisis son los señores especuladores que en sus cómodos despachos juegan a ser dioses y a reírse del trabajador.

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